Fuente: FLICKR |
...pero me cuesta mucho. A pesar de ello, he disfrutado mucho con la actividad.
La verdad me he sentido muy bien, por un par de razones, que quiero compartir con vosotros/as mis estudiantes, futuros maestros y maestras con una tarea bellísima ¡emocionar a los niños/as con el aprendizaje!.
Las razones que me llevan a estar ahora mismo feliz con mi tarea son,
1. K es consciente que le cuesta, una pena porque quizá esto viene de que nunca se valoró lo suficiente como aprendiz de matemáticas, pero... ¡no tiró la toalla!
Cada vez más expertos e investigadores justifican que el problema no radica tanto en la naturaleza de las matemáticas o en cómo se enseña, sino en la actitud que tienen los alumnos al enfrentarse a ella.
2. Pero además de que esa persistencia, ha llevado a que K hiciese una actividad de muy buena calidad, ¡se lo ha pasado bien en el camino!
“No podéis preparar a vuestros alumnos para que construyan mañana el mundo de sus sueños, si vosotros ya no creéis en esos sueños; no podéis prepararlos para la vida, si no creéis en ella; no podríais mostrar el camino, si os habéis sentado, cansados y desalentados en la encrucijada de los caminos” Celestin Freinet
Y esta emoción que hoy siento es la que necesitaba, porque a veces ese desaliento también nos atrapa como docentes, y ¿se puede enseñar sin emocionar? Pues creo que no, por eso, es como una vitamina esas palabras de descubrimiento, búsqueda y aprendizaje que llegan de los que serán nuestros futuros maestros.
"Prefiero cabezas bien hechas que bien llenas" (Celestin Freinet)
Hoy no voy a tener un sueño... ¡sino tengo la emoción de vivir una realidad!
¡Hoy he tenido un sueño!
He soñado que el alumnado de matemáticas de repente se entusiasmaba por ir a las clases y que cuando sonaba el timbre entonces decían contrariados: ¿no podríamos alargar un poco más la clase? Los he soñado haciendo geometría con las manos y estadísticas en la calle, leyendo un diario con pertinentes observaciones... Los he soñado abrazados llorosos a sus maestros/as al acabar el curso y sacando provecho de todo lo aprendido para planificar un buen viaje... He soñado a los chicos y chicas divertidos, sorprendidos, curiosos, amorosos, satisfechos, inquisitivos, orgullosos, críticos, afables…
He soñado que el alumnado de matemáticas de repente se entusiasmaba por ir a las clases y que cuando sonaba el timbre entonces decían contrariados: ¿no podríamos alargar un poco más la clase? Los he soñado haciendo geometría con las manos y estadísticas en la calle, leyendo un diario con pertinentes observaciones... Los he soñado abrazados llorosos a sus maestros/as al acabar el curso y sacando provecho de todo lo aprendido para planificar un buen viaje... He soñado a los chicos y chicas divertidos, sorprendidos, curiosos, amorosos, satisfechos, inquisitivos, orgullosos, críticos, afables…
Claudi Alsina
El aprendizaje de las matemáticas de forma lúdica empieza desde bien pequeños, con experiencias reales. Yo lo hago así. Un ejemplo, dentro de un centro de interés dedicado a "El pollo Pepe":
ResponderEliminarhttp://espacioduendes.blogspot.com.es/2015/10/taller-del-pollo-pepe.html#comment-form
Saludos, Blanca. Yo he sido alumna tuya en UNIR.
Precioso blog! Y genial Pepe!
EliminarMe alegra encontrarnos en la red!
Nunca pierdas la emoción de aprender Lucía!