Vamos a la conversación...
¿Recuerdan ustedes la época en la que cambiábamos monedas de euros a pesetas? Si a fecha de hoy, cuando hablan de precios de vivienda o similar, algunas personas aún siguen hablando en pesetas, pues... estos muchachos deben vivir en otro país, ¡será eso!.
La cosa es que no supieron hacer un sencillo juego de proporcionalidad directa, que con una simple regla de tres se hubiese solucionado. Pero... lo peor es la posterior conversación:
- Ella:... yo es que soy mu mala pa las mates, soy una negá, aparte es que no me gustan.
- Él: vaya... vaya profesora
- Ella: ¡perdona! Soy profesora pero de infantil, p4 y p5... no hacemos eso hacemos otras cosas...
Pero vamos con la siguiente pareja, ¡que estudian contabilidad! y comienza presumiendo que ella no hace nada mentalmente, ¡todo con calculadora! Y yo, lo que no quiere decir que no sepa hacerlo, la calculadora es un instrumento de ayuda para ganar rapidez, no para anular.
- Chica 1: ... dejé las matemáticas en primero de la ESO.
- Chica 2: a mí no me han explicado como pasar a euros ni ná
Pues estan son las cosas que más me enfadan, lo siento, creo que se puede decir lo mismo siendo correcto aunque solo sea por respeto del que escucha.
Siento lástima al pensar que chavales que podría tener en mi aula, presumen de no saber, quitando el valor a la palabra APRENDIZAJE y a lo que significa desde el punto de vista social. Y no voy a hacer referencia, a que sean matemáticas y solo necesitase una multiplicación, el problema no es la materia sino la intención.
Y en una época en la que estamos, donde parece que la sociedad cambia, viendo estas cosas me viene a la mente la frase de Mandela "La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo", y ¿sabéis qué? Todavía me dan más ganas de seguir siendo profesora, y además de matemáticas, y no para enseñar a multiplicar, sino para enseñar a valorar la riqueza de aprender.
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