30 ene 2017

La educación parece estar llena de visionarios



Cada día mientras desayuno, me gusta colocar mi Tablet en posición vertical frente a mí y darle una vuelta a las noticias de prensa. Hace ya años que me encanta este momento, al que me aficioné cuando daba clases de Estadística porque me facilitaba grandes oportunidades para encontrar interpretaciones antagónicas de un mismo estudio.


Ahora, me dirijo más a las noticias de Educación, a blogs de colegas que escriben cosas maravillosas y comprometidas, a la búsqueda de materiales y recursos útiles para mis estudiantes, … en fin que mi navegación es sobre el mar sin timón ni rumbo fijo.
Pues entre esos lugares, parece que cada vez se encuentra más el mensaje de tenemos que enseñar a los niños a estar preparados para profesiones que aún no existen. Parece con esto que están haciendo de visionarios de cómo será el futuro desde el mundo profesional, el último titular que he podido leer en esta línea decía así “El profesor del siglo XXI tiene que enseñar lo que no sabe” (Fuente: El País).
Y ahora yo me pregunto, ¿y a nuestra generación nos prepararon para el desempeño que tenemos ahora? O ¿será que ya aquellos maestros míos de una pequeña escuela conquense estaban preparándome para el futuro sin saber que hacían innovación?
Creo que fui precoz en esto de acercarme a las “computadoras”, y es que allá por el año 84 cuando salía del colegio me iba a una academia al otro lado de la ciudad a programar; he de agradecer estas primeras incursiones a un concurso de literatura de Cocacola que gané y obtuve como premio un ordenador ¡enorme!. Pero en aquel entonces, no sabía para qué se iba a utilizar, ni yo, ni mis maestros, ni mis padres.
Entonces el ordenador era una gran máquina, que me permitió hacer mis primeros juegos y guardarlos en una casete. Aquellos dispositivos de poca capacidad y gran tamaño, eran un lujo al alcance de pocos. No podías conectarte en remoto a otro lugar de manera inicial, aunque poco a poco aquello fue cambiando. Pero en aquel entonces, no era ni de lejos un objeto relacionado con el aprendizaje escolar. Muchos de mis amigos, no se acercaron ni de lejos a aquellos "cacharros" entonces, y sin embargo hoy compartimos casi mesa de trabajo.
Nadie pensó entonces el avance en este sentido, ahora el ordenador puede ser tan accesible como un reloj. Pocos profetizaron que fuese a ser la herramienta de trabajo por ejemplo en mi caso, que cada día puedo impartir mis clases, y charlar con los estudiantes de Colombia o Perú. No es un objeto lejano, todos tenemos un dispositivo que nos facilita esa conexión. Ya no tenemos que ir a la biblioteca a coger un libro para hacer una tarea, podemos acceder a miles desde casa. No tenemos por qué ir a la compra, unos cuantos toques de ratón nos facilita que nuestros deseos estén empaquetados en la puerta de casa. Puedo pedir cita con el médico, o consultar mi historial; recuerdo a mis abuelos en este sentido cuando se enfadaban porque el médico no le había dado los papeles, ¡si viesen ahora que podemos acceder a todos en unos segundos!. No tengo que viajar para ver museos, hay visitas virtuales que me los descubren. Pero… todo esto ahora forma parte de las escuelas, es una parte del aprendizaje, y ¿nos prepararon para esto? Pues no y pese a ello, ¿a que no lo hacemos tan mal? Pues esa es mi reflexión de hoy, no nos obsesionemos con preparar a los chicos/as para un mañana incierto, preparémosles para un mañana, el que sea, con un pensamiento flexible, una buena capacidad de discernimiento y crítica, con actitud reflexiva y buena aptitud en disciplinas de ciencia y letra. Dejemos que sean autónomos, y que respeten los espacios de los demás.
No los asustemos frente a mañana, porque sea como sea seguro que merece la pena y cada uno encontrará su sitio.

1 comentario:

  1. Tienes toda la razón.
    ¿Qué tal si, además de tratar de configurar el futuro, les ayudamos a vivir bien el "hoy"?
    El peligro de que un jugador de tenis esté demasiado pendiente del marcador es que no atiende lo suficiente a la bola que se le acerca.
    ¿Cómo van a saber moverse por el futuro si no no aprender a funcionar por el presente?

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